El gravamen global mínimo para multinacionales
Desde hace tiempo escuchamos en las noticias la posibilidad de que se instaure un gravamen mínimo para las empresas multinacionales de un 15%.
El acuerdo ha sido promovido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que engloba a 38 países (en su mayoría ricos) que representan alrededor del 80% del comercio y de las inversiones mundiales (según los propios datos de la OCDE) y finalmente se pondrá en marcha a partir de 2023.
La idea que lo impulsa es acertada, desde mi punto de vista. En estos momentos, gran parte de las multinacionales tienen sus sedes en paraísos fiscales, lo que les permite pagar menos impuestos de los que les correspondería sin cometer ilegalidades. Las posibilidades que tienen de desplazar los beneficios de unos países a otros les permiten, además, declarar sus ganancias en aquel lugar del mundo que tiene un nivel de impuestos más bajo. Por ello, generan beneficios en un país, pero pagan los impuestos (mucho más reducidos, por supuesto) en otro.
Esto supone una serie de injusticias que van más allá de la anteriormente indicada. Por un lado, hay naciones que logran tener unos ingresos fiscales más elevados gracias a las rebajas fiscales que dan a las empresas y a que permiten que se instalen en ella aunque realicen su actividad económica en otros lugares. Por otro, existen países (especialmente los más pobres) que generan las condiciones para que algunas empresas ganen dinero en ellas, pero que no reciben los impuestos que esta actividad debería generar y ven comprometidas sus posibilidades de desarrollo debido a la poca recaudación que reciben sus Estados.
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Profesor de Economía