Omella: “Somos sensibles a la preocupación por la tierra, el techo y el trabajo”

Omella: “Somos sensibles a la preocupación por la tierra, el techo y el trabajo”
Foto | CEE
El cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha expresado su preocupación por las situaciones de exclusión social en la misa celebrada al concluir los trabajos de la asamblea plenaria desarrollada durante toda la semana.

En el acto de ofrenda de la Eucaristía celebrada al cierre de la asamblea plenaria y con motivo del Año Jubilar Compostelano, Omella ha expresado el sentimiento de dolor compartido por el impacto de la pandemia, y la cercanía hacia “tantas personas que sufren la ausencia de seres queridos o las consecuencias de la enfermedad: sanitarias, familiares, religiosas, pastorales, sociales y también económicas”.

“Somos sensibles a la preocupación por la tierra, el techo y el trabajo, tantas veces señalada por el Papa Francisco. Los datos que ofrecen Caritas y otras entidades de la Iglesia nos hablan de que actualmente son ya 11 millones las personas que se encuentran en situación de exclusión social. Sin olvidar a los más de dos millones y medio de personas en situación de extrema vulnerabilidad”.

“Te pedimos apóstol Santiago que acompañes a cuantos padecen estos sufrimientos y suscites en todos nosotros sentimientos de compasión, a la vez que, compromisos eficaces para hacer verdad que somos un pueblo, y que todos estamos comprometidos unos con otros, y todos con los que más sufren”, exhortó en la ofrenda.

La Iglesia, colaboradora activa para salir mejor de la crisis

En su intervención en la sesión de inauguración de la asamblea plenaria, el presidente de los obispos, señaló las dificultades que sufren “o van a sufrir en sus carnes la dureza de esta crisis”. Además de la realidad de exclusión social y la falta de acceso a la vivienda, apuntó también a las enormes trabas que tienen los jóvenes para acceder a una vida digna, debido a “los elevados índices de desempleo juvenil, la inestabilidad provocada por la falta de un contrato fijo y unos sueldos muy bajos que les impiden el acceso a una vivienda, con unos precios desorbitados… Todo ello les imposibilita su emancipación, así como asumir con normalidad compromisos de largo alcance y mirar el futuro con esperanza”.

En este sentido, Omella muestra la disponibilidad y la experiencia de la Iglesia para colaborar “más activamente con las instituciones políticas y civiles para hacer posible este necesario cambio que haga posible salir “mejor” de la crisis que estamos padeciendo. En este punto, el cardenal hizo referencia a la importancia de atender los problemas de los jóvenes poniendo como ejemplo la necesidad de trabajar juntos y cooperar activamente Gobierno, patronales, sindicatos e Iglesia, que “puede ofrecer su gran experiencia demostrada durante decenios formando profesionalmente a millares de jóvenes” para potenciar la formación profesional y hacer frente al reto del paro juvenil.