El camino de la sinodalidad
Según el papa Francisco, es «el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio». Sínodo quiere decir caminar juntos. Una Iglesia donde todos los bautizados sean responsables y corresponsables de confesar, celebrar y ser testigos creíbles del Evangelio en el mundo.
La Iglesia no se reduce a una sociedad piramidal donde unos mandan y otros obedecen, unos enseñan y otros aprenden; unos celebran y otros asisten. Por el bautismo todos los cristianos tenemos la misma dignidad, nadie es más que nadie, si bien hay distintos caminos y ministerios. En cualquier caso, «las funciones en la Iglesia no dan lugar a la superioridad de los unos sobre los otros». Por eso la sinodalidad, entendida como un camino, discernido y emprendido responsablemente por todos los bautizados, es «dimensión constitutiva de la Iglesia». Para servir a ese objetivo, el Espíritu suscita en la comunidad cristiana el ministerio de los obispos y los otros ministerios llamados ordenados porque se confieren por el sacramento del orden.
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Teólogo