La insoportable siniestralidad laboral que no cesa
El deterioro de las condiciones de trabajo y el ahorro en prevención cuestan vida. En unos pocos días, han muerto tres trabajadores, en diferentes puntos de nuestra geografía, confirmando la tendencia al alza de los accidentes de trabajo.
En Zambrana (Álava), un trabajador de 38 años de nacionalidad ecuatoriana perdió la vida mientras cortaba un chopo en los terrenos de la junta administrativa, el lunes 6 de septiembre. Al parecer, el árbol se le vino encima, según algunos testimonios, al romperse la cita que debía sujetar el tronco.
El fallecido integraba una cuadrilla de seis trabajadores, de entro 20 y 40 años, contratada por una empresa de Castellón, a la que se había adjudicado, por parte de un consorcio entre la Diputación y la junta, las labores de transformación de estos árboles en tableros y contrachapados.
La tala de árboles, una tarea habitual cuyas condiciones de seguridad deberían ser bien conocidas y aplicadas, parece haberse vuelto una actividad de riesgo. En el otro extremo del país, en Nerja (Málaga), otro trabajador, de 54 años edad, moría este martes al caerle encima otro árbol, en esta ocasión, una palmera que estaba talando.
La víctima era natural de Maro, casado, padre de tres hijos, estaba empleado en una parcela de aguacates de carácter privado y contaba con una motosierra. Parece evidente que no se habían tomado todas las medidas de seguridad adecuadas.
Denunciar la violación de derechos
Ante este suceso en su provincia, las trabajadoras y los trabajadores cristianos de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Málaga ha expresado su dolor y solidaridad, además de sentirse en el deber de “recordar siempre la dignidad y los derechos de los trabajadores, denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos, y contribuir a orientar los cambios sociales para que se realice un auténtico progreso de la ’persona’ y la sociedad”.
“El verdadero valor del trabajo, no está en su rentabilidad económica, sino en la persona que lo realiza. Dios quiere que el trabajo sea para la vida, y no al contrario”, ha afirmado la HOAC diocesana.
El mismo día, en Alcalá de Henares, un trabajador de 48 años falleció al desplomarse las planchas de gran volumen de un falso techo, a 15 metros de altura, en la nave de nueva construcción.
Las planchas, con un peso de varios cientos de kilos se derrumbaron mientras trabajan varias personas en la nave situada en una zona industrial. Además, un joven trabajador de 21 años resultó herido, con fracturas en el hombro, tobillo y cadera y otro de 28 años con posible lesión medular y varias contusiones.
Efectivos de los servicios de emergencia sanitaria trasladaron a los heridos al hospital 12 de octubre y La Princesa. Los bomberos tuvieron que intervenir para liberar a los trabajadores que habían quedado atrapados y apuntalar la estructura dañada.
Precisamente, no muy lejos de allí, en Cobeña (Madrid), los sindicatos CCOO y UGT habían organizado una concentración protesta por los accidentes laborales y en solidaridad con la familia de un trabajador de 20 años, fallecido la semana anterior, en accidente laboral en la citada localidad. El trabajador quedó atrapado por una troqueladora que estaba reparando en una empresa de cartonaje.
El cáncer del mundo del trabajo
Entonces, declararon: “para los sindicatos, no hay mayor tragedia que la pérdida de la vida en el trabajo que, además, tiene con profundas y graves repercusiones para las familias, en su entorno laboral y social del trabajador fallecido”.
En el comunicado conjunto, ambos sindicatos calificaban los accidentes como “el cáncer del mundo del trabajo”. No es para menos, de enero a junio de este año, 277 trabajadores han perdido la vida y más de 250.000 han causado baja por enfermedad o accidente, según las últimas estadísticas.
Redactor jefe de Noticias Obreras