Francisco reivindica el valor del diálogo para la construcción del bien común
El Video del Papa de julio centra su mirada en el diálogo y la amistad social como “camino para mirar la realidad de una manera nueva, para vivir con pasión los desafíos de la construcción del bien común”. Pide frenar la polarización que nos divide y rezar para que ya “no queden espacios de enemistad y de guerra”.
Francisco hace un llamado a convertirnos en “arquitectos del diálogo” y en “arquitectos de la amistad” para solucionar los conflictos y las causas de divisiones que existen en la sociedad y entre las personas. Solo a través del diálogo, nos dice, es posible huir de las polarizaciones constantes y de la enemistad social que destruye tantas relaciones. Pide rezar para construir el bien común con hombres y mujeres que se tienden la mano el uno al otro, y en especial, siempre del lado de los más pobres y vulnerables.
Dialogar en un mundo polarizado
Los conflictos y la violencia a nivel de sociedad siguen más vigentes que nunca. Y aunque a veces no se manifieste de formas físicas, se puede observar una polarización creciente que llega a contaminar muchas relaciones. Ya lo advertía el Papa en el 2016: “Vemos, por ejemplo, cómo rápidamente el que está a nuestro lado ya no sólo posee el estado de desconocido o inmigrante o refugiado, sino que se convierte en una amenaza; posee el estado de enemigo”. Ya desde entonces veía con preocupación cómo la polarización y la enemistad era también un “virus” que invadía nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar.
En el mundo de hoy, destaca Francisco, “una parte de la política, la sociedad y los medios se empeñan en crear enemigos para derrotarlos en un juego de poder”. Por eso, hace falta “construir la amistad social tan necesaria para la buena convivencia”, una amistad que nos puede servir como puente para seguir creando una cultura del encuentro, que nos acerca, sobre todo, hacia los que están en las periferias, lo más pobres y vulnerables.
Dialogar para construir el bien común
En su última encíclica, Fratelli tutti , el Papa dedicó el capítulo sexto al Diálogo y amistad social: “El auténtico diálogo social supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos” (FT 203). En su intención de julio refuerza esta idea reivindicando el diálogo como la gran oportunidad “para mirar la realidad de una manera nueva, para vivir con pasión los desafíos de la construcción del bien común”.
Tender al diálogo significa romper con la lógica de la polarización para dar lugar al respeto, sin querer destruir al otro. En las diferencias puede haber riqueza, pero si no hay diálogo podemos dejar que se transformen en hostilidad, amenaza y violencia. “Venimos de tierras lejanas, tenemos diferentes costumbres, color de piel, idiomas y condición social; pensamos distinto e incluso celebramos la fe con ritos diversos. Y nada de esto nos hace enemigos, al contrario, es una de nuestras mayores riquezas”, dijo también Francisco hace unos años.
Mensaje completo
Dice la Biblia que el que encuentra un amigo encuentra un tesoro.
Me gustaría proponer a todos ir más allá de los grupos de amigos y construir la amistad social tan necesaria para la buena convivencia.
Reencontrarnos especialmente con los más pobres y vulnerables. Los que están en las periferias. Alejarnos de los populismos que explotan la angustia del pueblo sin dar soluciones proponiendo una mística que no resuelve nada.
Huir de la enemistad social que solo destruye y salir de la “polarización”.
Y esto no siempre es fácil, especialmente hoy cuando una parte de la política, la sociedad y los medios se empeñan en crear enemigos para derrotarlos en un juego de poder.
El diálogo es el camino para mirar la realidad de una manera nueva, para vivir con pasión los desafíos de la construcción del bien común.
Recemos para que, en situaciones sociales, económicas, políticas, conflictivas seamos arquitectos de diálogo, arquitectos de amistad, valientes y apasionados, hombres y mujeres que siempre tiendan la mano y que no queden espacios de enemistad y de guerra.