Mi luz me la enciendo yo

Mi luz me la enciendo yo
El recibo de la luz no para de darnos «alegrías». En esto también somos campeones. Según un informe de la Asociación de Ciencias Ambientales, el Estado español está entre los países de la Unión Europea con los precios de la energía doméstica más caros y donde más han aumentado desde 2008.

Sin embargo, como señala otro informe, «nadie puede vivir sin energía y los mercados financieros se aprovechan, al igual que en su día lo hicieron y siguen haciendo con la vivienda». Para satisfacer muchas de las necesidades básicas –comer, calentarnos, lavarnos…– es imprescindible la energía pero, como es propio de una economía capitalista, los mercados especulan con ella como si se tratara de una mercancía y no de un derecho.

Uno de los quids de la cuestión es
de dónde procede esa energía que llega
a nuestras casas y en manos de quiénes está

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