El sabor de la fraternidad

El sabor de la fraternidad
¿A qué sabe la fraternidad? ¿Alguien podría definir su sabor? Si nos atuviéramos solo al uso de este sentido para descifrar los componentes gustativos que la conforman, seguro que nos ajustaríamos exclusivamente a las sensaciones físicas y a nuestra percepción personal, relacionándola con momentos concretos de nuestra vida, con personas determinadas con las cuales hemos establecido vínculos.

Nos circunscribiríamos únicamente a nuestro radio de conocimiento y experiencia, perdiéndonos la oportunidad que se nos brinda de ampliar la mirada, la mente y corazón con lo que en verdad quiere enunciar esta frase.

Cuando apelamos a los sentidos, tratamos de expresar algo que nace desde las entrañas, que nos ha llegado muy adentro y que necesitamos que estimule nuestro cerebro. Por medio de nuestros sentidos captamos la vida a nuestro alrededor, se despierta nuestra mente, se avivan los recuerdos…, porque una música, un perfume, una caricia, una foto…, nos transporta y nos aterriza en un pasado.

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