Economía de Francisco, un movimiento global de jóvenes
«Una economía diferente, que haga vivir a la gente y no mate, que incluya y no excluya, que humanice y no deshumanice, que cuide la creación y no la saquee». En su carta del 1 de mayo de 2019, el papa Francisco esbozó la pauta de la Economía de Francisco, el evento de Asís, previsto inicialmente en marzo de 2020, que finalmente se realizará del 19 al 21 de noviembre.
2000 jóvenes de 120 países se ha inscrito al evento online en francescoeconomy.org, en el que participará el papa Francisco, a través de un videomensaje, junto con oradores como el Premio Nobel Muhammad Yunus, Kate Raworth, Amartya Sen, Jeffrey Sachs, Vandana Shiva, Stefano Zamagni, entre otros. Los periodistas acreditados son unos 300.
Una economía que incluye a los últimos
Luigino Bruni, director científico de Economía de Francisco, ha subrayado que este evento “se ha convertido en el mayor movimiento de jóvenes economistas y empresarios del mundo”. Un resultado importante que ha demostrado que la economía anterior a enero de 2020 ya es obsoleta. Ya no tiene razón de ser, de hecho, una economía “que juega con los bienes externos” que ha descuidado “demasiados bienes invisibles, como los bienes relacionales y los bienes morales”. Bruni dice que las empresas carecen del primer activo: “el capital espiritual”.
Una economía verde no es suficiente para tener una economía de Francisco. También necesitamos la inclusión de los pobres, el protagonismo de los jóvenes, el cultivo de la vida interior. Hoy en día hay una “economía verde” que no tiene interés y atención por los pobres y la desigualdad… La economía de Francisco no puede ser solo ecológica. El grito de la tierra y el grito de los pobres son el mismo grito, como nos recordaba la encíclica Laudato si’, y ahora también la encíclica Fratelli tutti. Una fraternidad con la tierra que no incluya la fraternidad con los últimos no es completa.
La economía de Francisco es la esperanza
“Queremos escuchar la voz de los jóvenes, poner en práctica su visión de que primero entendieron que uno no se salva a sí mismo”, ha señalado Alessandra Smerilli, miembro del Comité Científico de Economía de Francisco, ante la imposibilidad de participar presencialmente, se han generado más de 300 iniciativas, en 9 meses de diálogo, profundización y propuestas. “No un documento, no un tratado, sino propuestas”, para entender lo que los jóvenes necesitan, lo que quieren hacer, la ayuda que necesitan. Con estas palabras, Smerilli subraya que los jóvenes preparan el futuro prestando especial atención a los que se encuentran en dificultades.
La Economía de Francisco significa sobre todo juventud, esperanza y concreción. No se trata de invitar a los jóvenes a difundir un mensaje, sino de pedirles que ayuden a construirlo. Este es el significado de la llamada hecha por el papa Francisco y su invitación a reunirse con ellos en Asís. En un mundo enfermo de pensamiento a corto plazo y con poca visión de futuro, dar voz a los jóvenes significa empezar a construir puentes hacia el futuro.
Hacer una comunidad online
Este evento posibilita una gran oportunidad de participación online. Hasta el momento, se han acreditado desde más de 25 países. Desde marzo hasta hoy, casi mil jóvenes han trabajado activamente en las 12 aldeas temáticas: trabajo y cuidado; gestión y donación; finanzas y humanidad; agricultura y justicia; energía y pobreza; beneficio y vocación; políticas para la felicidad; CO2 de la desigualdad; negocios y paz; economía y mujeres; negocios en transición; vida y estilos de vida.
Las actividades de cada aldea fueron coordinadas por dos figuras elegidas por el Comité Científico y, en promedio, por unos 10 colaboradores. Se organizaron unos 300 actos para preparar la Economía de Francisco y una serie de seminarios por internet: en total se transmitieron 27 seminarios online por el canal oficial de Youtube del evento y se tradujeron a cuatro idiomas.