FOESSA | Rentas Mínimas todavía limitadas, desiguales y de baja intensidad

FOESSA | Rentas Mínimas todavía limitadas, desiguales y de baja intensidad
Un informe de la Fundación FOESSA sobre las rentas mínimas advierte que si no se desarrolla el Ingreso Mínimo Vital y si no se articula con los sistemas de las Comunidades Autónomas, será “una oportunidad pérdida”, en la lucha contra la pobreza.

En su análisis sobre el sistema de cobertura de rentas en España, Vulneración de derechos: Ingresos Mínimos, la fundación, en cuyo patronato participa la HOAC, destaca que el modelo español, desde su origen ha presentado tres principales elementos deficitarios: un alto grado de desigualdad territorial, una baja intensidad protectora y una cobertura limitada.

Derecho subjetivo muy dispar

Estas prestaciones siguen dependiendo de la disponibilidad presupuestaria. En conjunto, el presupuesto total de las rentas mínimas de inserción RMI  descendió un 61% de 2017 a 2018. Más del 93% de las personas en situación de pobreza en España ha quedado sin recibir este tipo de ayudas. Los beneficiarios de las rentas mínimas, apenas alcanza al 29% de la población bajo el umbral de la pobreza severa. La tasa de cobertura oscila desde el 4,9% en Andalucía o 5,8% en Castilla La Mancha, hasta el 274% de la población en pobreza severa en Navarra, 175% en el País Vasco o 145% en Asturias, las regiones con una cobertura más desarrollada.

Insuficiencias detectadas

Para que sirva con eficacia para cubrir las necesidades y otorgar un derecho real a las capas más vulnerables de la población, Cáritas  apuntaba la necesidad de extender la prestación también a personas en situación administrativa irregular,  jóvenes emancipados menores de 23 años, familias que comparten vivienda, personas con enfermedades crónicas sin acceso al mercado laboral y personas en proyectos de inclusión residentes de centros con financiación pública.

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Cáritas llamar a racionalizar el sistema de prestaciones, sin reducir los fondos, para ganar en efectividad; acompañar el IMV con un complemento de vivienda y de los suministros (el coste de la vivienda y la inversión que las familias tienen que dedicar al pago de la misma supera el 50% de los ingresos en muchos hogares); y facilitar los mecanismos de empadronamiento, requisito imprescindible para poder solicitar el Ingreso Mínimo Vital.

Respaldo social

El estudio de FOESSA se detiene en valorar la acogida en la ciudadanía que ha tenido la aprobación del IMV que según el barómetro del CIS de mayo, respalda el 83,4%. Su propia encuesta EINSFOESSA de 2018 (Encuesta Sobre Integración y Necesidades Sociales de la Fundación FOESSA ya había desvelado que el 88,1% de la población de España cree que quienes reciben ayudas sociales lo hace porque las necesitan para vivir; un 47,3% piensa que las Administraciones públicas deberían desarrollar políticas de garantía de rentas para todo el mundo, y en un 49,7% solo para quienes lo necesiten. Además, la inmensa mayoría de quienes reciben las rentas mínimas consideran que cubren poco o casi nada las necesidades básicas (entre ambas suman el 84% de las respuestas).

Vulneración de derechos: Ingresos Mínimos