Día Mundial contra la Trata | Una de las peores formas de esclavitud
Mañana, 30 de julio, se desarrolla el Día Mundial contra la Trata, declarado así por Naciones Unidas, con el fin de recordar la inhumana explotación que sufren millones de personas en todo el mundo y redoblar los esfuerzos para combatir este atroz crimen.
El papa Francisco ha calificado la trata como la «esclavitud del siglo XXI». Es un delito que afecta a mujeres, niños y hombres por numerosos motivos, incluido el trabajo forzoso y el sexo. Aunque no se sabe con exactitud la magnitud de este drama, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 21 millones de personas son víctimas del trabajo forzoso.
Cáritas Internationalis, que integra COATNET, una red de 46 organizaciones cristianas comprometidas en la lucha contra la trata de seres humanos, ha señalado que «los gobiernos deben intensificar sus esfuerzos para identificar a las víctimas de la trata y la explotación, especialmente ahora que, debido a la pandemia de COVID-19, las cifras crecen de forma alarmante». «La trata de personas sigue siendo una de las peores formas de esclavitud en 2020», apunta Patricia Garrido, responsable de proyectos de Manos Unidas en el sudeste asiático.
«Vivir en países con alto porcentaje de población joven en situación de extrema pobreza y con elevados índices de desempleo, con alta tasa de abandono escolar, con graves carencias en servicios básicos como la sanidad o la seguridad, falta de acceso de las mujeres a educación básica y a recursos financieros… son otras situaciones que propician que mujeres y personas menores de edad sean consideradas mercancías, siendo explotadas incluso por sus propias familias», explica Patricia Garrido.
La pobreza es una de las principales causas de la trata y la cifra de personas que pasan hambre en el mundo no ha parado de subir desde 2015. Según el último informe de la ONU, las estimaciones actuales indican que cerca de 690 millones de personas en el mundo padecen hambre y la pandemia del coronavirus podría sumar unos 130 millones de personas más a las que estarían en riesgo de padecer hambre severa a finales de 2020.
Oriente Medio y Este de Asia
La red internacional de Cáritas ha puesto el foco en Líbano y otros países de Oriente Medio donde, según informa Gabriel Hatti, presidente de su oficina de Oriente Medio y Norte de África, «muchos filipinos y otros trabajadores extranjeros están luchando por volver a casa después de perder sus trabajos debido a la COVID-19 y a la actual crisis económica. Ahora están en fila frente a sus embajadas, sin ningún apoyo social o protección psicológica y muchos de ellos incluso sin ningún tipo de estatuto jurídico».
Manos Unidas ha detectado, por su parte, una nueva tendencia en este cruel comercio: el «tráfico de novias» hacia China. La discriminación y la violencia contra la mujer se extiende por países como Laos, Myanmar y Tailandia, donde mujeres y niñas son las responsables de obtener los ingresos familiares, pues en numerosas ocasiones los hombres caen en el consumo de alcohol y drogas ilícitas.
«La pobreza obliga a muchas mujeres a emigrar para trabajar en el servicio doméstico, en restaurantes y, sobre todo, en la prostitución», explica Patricia Garrido. Es el caso de muchas minorías étnicas, en las que las niñas son obligadas a tener relaciones sexuales desde muy jóvenes y, debido a la política de hijo único que China ha tenido por décadas, existe un déficit de mujeres respecto a hombres que aumenta la presión de China sobre países fronterizos. «Los hombres chinos pagan entre 10.000 y 20.000 dólares para traer al país mujeres extranjeras», afirma Patricia Garrido.
La pandemia está agravando la situación
La pandemia que ha azotado a todo el planeta este año no ha hecho más que empeorar la situación de las víctimas de trata ya que «los prostíbulos han cerrado a causa del confinamiento y muchas chicas han quedado encerradas allí, pero sin ingresos ni nada que comer», según aseguran desde Alliance Anti Trafic, socio local de Manos Unidas en Tailandia.
Caritas Internationalis coincide en señalar que “la falta de libertad de movimiento causada por el confinamiento y las restricciones de viaje adoptadas en muchos países ha hecho que las víctimas de la trata tengan menos probabilidades de escapar y encontrar ayuda”.
«En este momento de propagación de la COVID-19, dice el secretario general de Cáritas Internationalis, Aloysius John, denunciamos una realidad preocupante para las personas vulnerables que corren un mayor riesgo de convertirse en víctimas de la trata». La atención a la pandemia «no debería impedirnos ocuparnos de las personas más propensas a la explotación», proporcionándoles «redes de seguridad» y «apoyo material, médico, jurídico y psicológico» para «acompañarlas en sus dificultades».
En Twitter: #FindelaTrata #TratadePersonas #AcabarConLaTrataDePersonas
Redactor jefe de Noticias Obreras