#CIESNO | Un informe responsabiliza al Estado de la muerte de Marouane en Zapadores
“El Estado español es responsable de la muerte violenta de Marouane en el CIE de Zapadores”, según Adrián Vives, de la Campaña por el Cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros y el fin de las deportaciones.
Así lo afirmo el activista, en presencia de Thimbo Samb, que también sufrió el encierro en este centro de internamiento, en al presentación del informe CIE de Zapadores: Sin derecho a tener derechos, elaborado por los promotores de esta Campaña, en la que participa la HOAC de Valencia, a través de su sector de Inmigración y Exclusión.
La muerte de Marouane Abouobaida es el hecho más grave que ha sucedido en el CIE de Valencia en los últimos años, pero no el único. Este informe saca a la luz las denuncias de violencia policial, el internamiento de víctimas de trata y de menores o los intentos de deportación de personas gravemente enfermas. No se cuenta todo lo que pasa, porque la opacidad es intrínseca a los CIE, pero sí se puede deducir que lo que ocurre en su interior y la falta de interés de las instituciones en evitarlo se debe a que quienes lo sufren son tratados como seres sin derecho a tener derechos.
Marouane tenía 23 años y llegó a España en una patera cargada de sueños, truncados trágicamente al ingresar en Zapadores. Este CIE, como el resto de instalaciones de este tipo existentes en el mundo, es escenario de múltiples y diversas vulneraciones a los derechos humanos, generadoras de una permanente angustia en las personas encerradas, que no sólo se sienten terriblemente frustradas al acabar entre rejas en su intento de encontrar unas condiciones de vida dignas sino que además son objeto de todo tipo de arbitrariedades.
Este estado emocional puede llevarles a situaciones extremas. Como se recordará, el 15 de julio de 2019, Marouane murió de forma violenta en Zapadores sin que hasta el momento se hayan esclarecido las circunstancias que rodearon la versión oficial del suicidio. El joven marroquí acababa de sufrir una brutal paliza y, estando convaleciente, lo metieron solo en una celda de aislamiento para “protegerlo de sus agresores”, según la policía. Una hora antes de quitarse la vida denunció los dolores que sufría, pero nadie hizo caso.
Diez días después de su fallecimiento, el juez de vigilancia de Zapadores ordenó a la policía la aplicación de 16 medidas referidas a la prevención de los intentos de suicidio y a los criterios para someter a aislamiento. Para Marouane, ya era tarde porque ninguna de esas medidas se adoptó en su caso; tampoco tenemos constancia de que se estén aplicando actualmente.
La Campaña espera que las evidencias de las grabaciones de las cámaras del CIE y los testimonios de sus compañeros de internamiento sirvan para establecer judicialmente las responsabilidades sobre lo sucedido. Desde que se abrieron los CIE en España, al menos diez personas han fallecido entre sus muros o en el traslado forzoso al que las sometieron. En el CIE de Valencia ha habido tres muertes y hay confusión sobre una posible cuarta víctima, por lo que la Campaña ha pedido al Defensor del Pueblo que lo investigue.
CIE de Zapadores: Sin derecho a tener derechos recoge las conclusiones del casi medio millar de visitas que hemos realizado a las persones internas en los dos últimos años. La mitad de quienes son encerrados en Zapadores tienen menos de 30 años, proceden del Magreb y África subsahariana. Durante el promedio de 30 días que permanecen recluidos en el CIE no sólo sufren el deterioro de sus instalaciones (constantes averías en el sistema de refrigeración, agua helada o ardiendo, goteras, malos olores y suciedad en los baños…) y las deficiencias de sus servicios (inadecuada asistencia sanitaria, comida escasa y de poca calidad, falta de información sobre su derecho a abogado de oficio y a pedir protección internacional), sino que muchos cuentan haber padecido malos tratos por parte de la policía.
En 2019, la Campaña recibió denuncias de 50 internos por trato intimidatorio, degradante o racista. La mayoría no son hechas públicas porque las víctimas temen las represalias (castigos, deportación inmediata), pero en este informe se da cuenta de un par de casos denunciados ante la justicia: uno se archivó porque -según la policía- el denunciante se retractó y el otro fue deportado sin esclarecer lo sucedido.
Pero además en algunas de estas personas concurren otros factores de vulnerabilidad que hacen que su reclusión no sólo sea injusta e inmoral sino también ilegal. La Campaña ha identificado en el CIE a 12 mujeres posibles víctimas de trata, algunas menores de edad y en algún caso encerradas al mismo tiempo y en el mismo espacio que sus proxenetas. Varias de ellas fueron liberadas y desaparecieron sin que se tenga constancia de que ninguna autoridad haya dado seguimiento a su situación.
En los pasados dos años también se han recogido los datos de 11 menores de edad; la mayoría fueron liberados tras múltiples gestiones, pero nunca debieron ser encerrados. A pesar de toda la normativa internacional y nacional que prohíbe tajantemente esta práctica, cada vez es más habitual el internamiento de menores sin haber hecho ningún tipo de prueba médica aunque sus rasgos denoten su minoría de edad.
Además, se ha podido conocer el caso de dos enfermos de VIH cuyas vidas corrían peligro si eran deportados porque no podrían seguir el tratamiento en sus países de origen. Uno fue liberado, pero recientemente le han abierto un nuevo expediente de expulsión; el otro no fue expulsado en el último momento porque se resistió a subir al avión.
Thimbo Samb: “Las verdaderas mafias son quienes explotan nuestros recursos”
A su cuarto intento de llegar a Europa, lo consiguió, pero no recibió la acogida que esperaba: fue recluido en el CIE de Tenerife, donde sufrió las malas condiciones de habitabilidad de estos centros y la frustración de verse encerrado por el hecho de tratar de encontrar una vida mejor lejos de su país, Senegal.
Thimbo Samb logró explicar las circunstancias inhumanas del viaje que se ven obligadas a emprender miles de personas para huir de la miseria, de la guerra, de la persecución… Para Thimbo, las verdaderas mafias no son quienes organizan la travesía sino “quienes explotan nuestros recursos” y les fuerzan a dejar atrás a sus familias y amistades para jugarse la vida.
Redactor jefe de Noticias Obreras